jueves, 10 de mayo de 2012

Plaza La Luz




Plaza La Luz.

Al llegar al parque en pleno centro de Monterrey, nos sentamos en una banca verde, bajo el cielo crepuscular. Fuimos acariciados por un viento tibio, a la espera de un concierto musical público. Mientras los organizadores se acomodaban, los espectadores hacían lo propio. Compramos nieve con chamoy. Nos encontramos con nuestras amigas y los niños se fueron a conocer a los perros que paseaban con sus dueños. Alonso entrevistó a tres gentiles amos y acarició a más de cinco perros, para conocer las acciones necesarias sobre el cuidado de un perro. Iker les tiene miedo a los perros, pero siguió a su hermano con absoluto control de sus emociones. Camila y Lía, nuestras amigas, sí tienen una perrita en su casa, así que ayudaron a crear vínculos de confianza entre mis hijos y los perros. Distraída con los perros y con que los niños no se alejarán demasiado, me perdía del espectáculo del parque.

La Plaza La Luz, es un parque urbano creado para ofrecer un lugar de descanso para los empleados de la creciente industria, cerca de la ciudad, desde principios del siglo XX. El parque surgió como un espacio natural para liberar a la gente del humo de las fábricas, gracias a sus sabinos y encinos  centenarios. El parque tiene su trazo arquitectónico alrededor de una fuente seca, con un monumento central dedicado a la luz de la educación. Tiene un pedestal sobre el que se elevan las rígidas estatuas doradas de una profesora y su estudiante. Alrededor del pedestal hay relieves y una frase del regiomontano Moisés Sáenz, creador de la educación secundaria en México. La frase está deteriorada y casi no se lee. Otra frase de Sáenz decía que las cuestiones de la educación eran; cómo conservar la vida, cómo ganarse la vida, cómo formar una familia y cómo gozar de la vida. Esta última es la que resolvíamos en el parque, cuando el músico de blues Fonzeca, anunció el programa que arrancó con el rockabilly del grupo Old Chiles. De inmediato se levantaron los espontáneos a bailar. Una maestra de arte, hacía pintura con los niños. La obra producida se expuso pendiente de los árboles. Regalaron plantas y libros. Yo recibí un número de la revista Armas y Letras que edita la UANL. Me encantó encontrar ahí la poesía de Constantino Cavafis: “Cuando emprendas el viaje rumbo a Ítaca ruega que sea muy largo tu camino y abunde en aventuras y experiencias”.

El concierto siguió con el grupo WARA, rockeros por siempre, dijeron que estuvimos ahí para celebrar la vida y que era una convivencia sagrada. Celebramos el 5º Festival de la Tierra, organizado por el colectivo La Bola y los artistas invitados están recuperando los parques y la naturaleza amenazados. El parque fue un estupendo lugar para reconocer el respeto que nos debemos entre ciudadanos, hoy todos vulnerables.

El parque está bien cuidado, limpio, bien disfrutado y bien relajado. Los niños jugaron hasta cansarse, fue cuando nos fuimos.

Puedes checar,  www.festivaldelatierra.wordpress.com

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